Reflexión final (por equipo).
La experiencia en el jardín Ignacio Manuel Altamirano ha sido fundamental para nuestra formación docente. Durante la observación y ayudantía , hemos tenido la oportunidad de ver de cerca la interacción entre educadoras y niños, lo que nos ha permitido entender la importancia del juego en el aprendizaje y desarrollo emocional de los pequeños.
Cada niño es único, y reconocer sus necesidades individuales es fundamental para fomentar su desarrollo.
Estas prácticas no solo fortalecen las habilidades pedagógicas, sino que también nos recuerdan el impacto positivo que podemos tener en la vida de los niños.
Esta experiencia resalta la relevancia del trabajo en quipo entre educadoras y familias, creando un ambiente pacifico para los niños en su desarrollo.